The KLF ya lo anticiparon: el Procés necesitará magia para triunfar

 

«Las sincronicidades solo son tales si uno elige verlas. Prestar atención a ellas es totalmente optativo…». John Higgs.

 

El otro día estuve en la Biblioteca de la Sagrera porque tenía entendido que estaba especializada en electrónica. La oferta de productos en torno a la electrónica me pareció un poco justita pero encontré de cara con la biografía de The KLF que se supone tenía que haber leído hace un año que es cuando salió su traducción al español por Libros Walden. Salió a la venta la última semana de 2015 que es la peor semana para que un libro entre en lo mejor de ese año en curso. En aquel momento estaba cansado de biografías sobre grupos de música y decidí dejarla pasar. Hasta que se me presentó delante de las narices el otro día en la Sagrera, o sea que lo he disfrutado mientras se precipitaban los últimos capítulos del Procés. “The KLF: Caos y magia: La banda que quemó un millón de libras” es una genial biografía porque nos explica por qué magia y por qué caos. Por qué The KLF actuaron como actuaron, aunque ni ellos mismos eran conscientes de por qué actuaban como actuaban, llegando a quemar eso mismo que anuncia el título, un millón de libras. Después de leer el libro lo tengo más claro: el Procés necesita de mucha más magia para perforar la férrea resistencia que opone esa realidad que es el Estado.  «Identificarse personalmente con modelos sin ser conscientes de que son modelos es causa de muchas discordias», explica el autor de la biografía John Higgs. Yo añadiría que las posiciones enfrentadas en el tema de Catalunya no han sabido identificar las contradicciones de su discurso. Ha quedado claro que los políticos no son artistas, ni mucho menos magos.

«Esta es la contradicción que existe entre el mundo material de la causalidad y la idea del libre albedrío. Según la causalidad, si se juntan los datos de todos los átomos al principio de los tiempos en un ordenador lo bastante bestia, podría calcular toda la historia del futuro. Sin embargo, el instinto nos dice que esto no encaja bien con la percepción que tenemos de nosotros mismos como agentes independientes con capacidad de elegir.  Drummond, mitad de The KLF, adoptó el mantra «aceptar las contradicciones» para no tener que preocuparse de ello». John Higgs.

En el libro aparece citada una de las películas que más influyó a la pareja, El Hombre de Mimbre, The KLF llegaron a protagonizar una performance en la que también se quemaba un hombre de mimbre rememorando este ritual pagano con el que acaba la película producida por Christopher Lee (aparece con el peor peluquín de la historia del cine). Una peli que conozco gracias a un escritor y traductor de renombre en Barcelona, Javier Calvo, y que pasamos como primera película de un ciclo cinéfilo en un club de fumetas. Casualmente el mismo escritor me escribe estos días porque está buscando un local para un evento de tintes esotéricos en petit comité: «No sé si te puede interesar, pero te avisaré por si quieres venir. Es una charla sobre temas, ejem, esotéricos». No dudéis en que asistiré si al final se celebra. Desde aquí puedes leer la presentación que hizo de la película el destacado traductor (y en la que destaca los innumerables detalles masónicos e illuminatis que salpican esta película de 1973, todo un culto a la magia pagana estrenado el año que yo nací).

 

La historia de The KLF  me la contó una vez Nando Dixkontrol en un programa de radio llamado Crossfader en scannerFM. Lo llevé de invitado y no me dejó hablar a golpe de anécdotas.  De The KLF me explicó una historia que es medio verdad y medio mentira. Como siempre en Nando, la verdad y la invención se confunden. Por una vez, esa confusión a la hora de retomar la historia está plenamente justificada a la hora de explicar la trayectoria de la pareja británica creadora del chill out. Aquí tienes el programa de Dixkontrol, explica la anécdota en el minuto 17: «Este par de cabronazos establecieron las bases del trance primigenio inglés. Recordad amigos que estamos hablando del año 89. Para presentar su segundo álbum, que no recuerdo el título, ahora os mentiría, un LP que tenía el nombre de una isla tropical, convocaron a toda la prensa inglesa a las siete de la mañana en un aeropuerto y los metieron en un jet privado. El avión iba volando, iba volando, hasta que aterriza en Canarias, de ahí a Kenia, pasan por Turquía, Singapur, y después de estar dos días volando desembarcan en medio de una selva de la Polinesia y aparece un notas disfrazado de aduanero inglés pidiendo los pasaportes para ponerles un sello con el logo de The KLF. Los periodistas llevaban dos días comiendo, meando y cagando en un avión. O sea que la rueda de prensa de presentación del disco se hizo a 200 kilómetros del volcán Kracatoa que estaba además en plena erupción».  Otra sincronicidad más, yo hasta ese 2006 que vino a mi programa no había hablado nunca con Nando, ni siquiera era asiduo de sus sesiones en Psicodromo, ni al 8. Pero a partir de ese programa todo el mundo me relacionó con él. Incluso ha habido gente que me ha comentado que si yo era el director del documental.

Igual la historia no fue del todo así, al menos en la biografía este historión no merece ni una línea, pero la recreación de este capítulo en la promoción de la banda resume muy bien la magia de estos descerebrados. Como dice Higgs en la biografía que nos ocupa, «Robert Anton Wilson (autor de la influyente trilogia The Illuminatus) lo explicó mejor. Como solía decir: «Todas las afirmaciones tienen algo de verdad, algo de falso, algo de sinsentido, algo de verdad y falso, algo de verdad y sinsentido, algo de falso y sinsentido, y algo de verdad, falso y sinsentido».  El ejemplo claro perfecto de ello es la afirmación «quemar el millón de libras que quemaron Cauty y Drummond fue un acto de magia que creó el siglo XXI». Y de eso precisamente, de magia, Nando sabe un montón. Tal vez por eso siga vivo aunque ya muerto. Recordemos que es hijo de militar y falangista, pero por también diremos que Nando ha sido uno de los activistas de la noche que más ha luchado por la libertad de la noche y de las mañanas.  Un espíritu libre que además fue uno de los primeros damnificados por el cambio estético surgido en Barcelona en los prolegómenos de los JJOO. Con las Olímpiadas llegó el final de los afters y la «disbauxa». De aquellos barros estos lodos.

Hablando de Nando, justo en el momento de escribir estas líneas se presenta el documental que ha estado on the making nada más y nada menos que ocho largos años. Parecía que el momento no iba a llegar pero ha llegado y se ha presentado por fin en el festial In-Edit. Y se ha estrenado justo un día antes de la muerte de un colega de profesión y amigo del propio Nando. El francés J Rob que por cierto también aparece en el documental. J Rob es uno de los Djs que más ha hecho por el trance en este país y en Francia de donde es originario. Sus sesiones en la Sala del Cel de Girona tuvieron una importancia vital en la carrera incipiente de Fernando Gallego. El documental nos muestra el final de un Dj cincuentón, un Dj no muerto, un vampiro en sus últimas horas, de una manera entrañablemente patética. Nunca hasta ahora nadie había mostrado la agonía de un Dj que no puede dejar de serlo.

Más casualidades para acabar este post mágico que espero siga desencadenando más sincronicidades. El otro día estuvo en el programa de radio homónimo de este blog el cronista de la Barcelona que no se ve, Xavier Theros. Hace tiempo le leí que en la fachada del Decathlon de Canuda se encontraban algunos fósiles que llevaban allí pegados millones de años. Ayer volví a pasar y no las vi pese a que le di la vuelta al edificio. Llevo un año intentando dar con su paradero pero nada. Mientras preparaba este post me he encontrado con este artículo de El País (que es el mismo diario en el que escribe cuando puede el propio Theros): «Pese a llevar más de un siglo a la vista (el edificio se terminó de construir a finales del XIX), la milenaria madriguera ha permanecido invisible a los ojos que abarrotan diariamente los alrededores del Palacio de la Justicia. “Cada uno ve lo que sabe”, sintetiza el paleontólogo del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona».

 

 

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